El tercer pilar
fundamental en el desarrollo de los conceptos administrativos clásicos lo
proporcionó la teoría burocrática de Max Weber que a principios del siglo XX
escribió The Theory of Social and Economic Organization, publicada en 1922 y
traducida al inglés en 1947. Aunque el punto de vista de este pensador alemán
tuvo un profundo efecto entre los sociólogos y políticos, sólo desde hace pocos
años se han utilizado sus conceptos en los estudios de administración
(Chiavenato, 1990). Weber fue uno de los fundadores de la sociología moderna y
contribuyó de una manera notable al pensamiento económico, social y
administrativo. Fue contemporáneo del movimiento de la administración
científica y de las primeras fases del pensamiento de la teoría del proceso
administrativo. Sin embargo no sólo estudió la administración de una sola
organización, sino que se interesó por la estructura económica y política de la
sociedad. Sus ideas acerca de la organización burocrática fueron únicamente una
parte de su teoría social total. El término burocracia, tal como lo
desarrollaron Weber y sus colaboradores, no corresponde al sentido que se le
otorga comúnmente, cargado de formalismo e ineficiencia, sino que se refiere a
una organización ideal caracterizada por la división del trabajo, una jerarquía
definida con claridad, reglas y regulaciones detalladas y relaciones
impersonales todo ello basado en la autoridad legal. Según Max Weber (1971) «en
el caso de la autoridad legal, la obediencia es resultado del orden impersonal
establecido legalmente. Éste se extiende a las personas que ejercen su
autoridad en un cargo y únicamente en él, en virtud de que sus órdenes tienen
legalidad formal, pero sólo dentro del área de autoridad específica del
puesto».
La burocracia de Weber fue un intento de formulación de un modelo
ideal alrededor del cuál se pudieran diseñar las organizaciones. Este modelo ha
servido como punto de referencia para muchos escritores, principalmente
sociólogos y políticos. Weber, en sus estudios, hizo coincidir tres tipos de
organizaciones con tres tipos concretos de autoridad y para cada tipo de
autoridad hizo corresponder a su vez una estructura administrativa diferente
(Chiavenato, 1990): LA AUTORIDAD TRADICIONAL Está basada en el pasado, en la
costumbre, en la legitimidad de una autoridad que ha existido siempre. Los
subordinados obedecen conforme a una lealtad personal hacia sus jefes o sobre
la base de su status tradicional. El poder tiende a no ser cuestionado, es
irracional, se transmite por herencia y es extremadamente conservador. LA
AUTORIDAD CARISMÁTICA Se fundamenta en la existencia de determinadas
características personales excepcionales del dirigente que crean las
dependencias en relación con esa valoración que del líder hacen los subordinados.
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